Sueños

Hace dos noches soñé con mi muerte.

Fue uno de los sueños más vívidos y fuertes que tuve.

Sensorialmente, digo. No era fuerte lo que sucedía en el sueño, o quizás si, pero no sucedía de forma fuerte. Fuerte fueron mis sensaciones.


Recuerdo parte de la trama. Este sueño tenía, y como en la mayoría, mutaba durante su transcurso.


Por alguna razón, sabía que iba a morir, pero no sabía exactamente como ni cuando, si bien se entendía que iba a suceder antes de que concluya el sueño.

Si, también se sabía que era un sueño, y sobraban irrealidades, pero el feeling era que, siendo un sueño, todo era real, y muy en serio.

Por alguna otra razón, quería matar a unos amigos. No recuerdo si quería, o si tenía que hacerlo. Creo que no era importante eso. Iba a matar a mis amigos antes de morirme, eso sabía, y eso estaba haciendo.

Lo raro es que estos supuestos amigos eran personas que no veo hace mucho. Compañeros de la primaria, amigos muy antiguos digamos, cuyas vidas y la mía se trifurcaron en algún punto añares atras.


Buscando a uno, recuerdo que me enteré que estaba lejos, así como en otro país, o planeta, o no se. Asique lo mate con la mente (?).

El sueño fastforwardeo al último. Nunca sabré si había más, o si los maté o no. La sensación era que me faltaba solo ese.

Forcejeabamos en un lugar blanco. No era un cuarto, no tenía paredes. No se.

Me recuerdo muy agitado, muy emocionado. No el "yo" del sueño, sino la emoción de mi cuerpo real durmiente. Quizás eso también lo soñé.

Mi amigo me decía cosas que me hacían enojar, pero no con malicia. Más bien, yo me enojaba de las verdades que él hablaba. Confesó sentir pena por mi, justo antes de detenerse y permitirme que lo asesine, lo cual hice sin una escena del como.

Lo siguiente que recuerdo es el sentimiento de inevitabilidad, de estar cayendo y el miedo físico de esperar y no saber el momento justo antes de impactar con el suelo.

Delante de mis pies se abrió una escalera caracol que descendía. Ahí entendí todo, ese era el momento en que me moría, asique me tiré, de cabeza, para asegurarme.

Efectivamente, morí, y lo que siguió fueron escenas experienciadas en primera persona desde una presencia consciente metafisica, que, sin embargo, podía comunicarse con los vivos, mas no lo hacía con todos.

Atendí a mi velorio y reconocía muy pocas de las escasas caras que había. Conversé con algunos. Recuerdo enojos. Recuerdo que no me permitieron ver mi cadáver.

Visité lugares que eran míos, y me ponía loco no haber dejado nada preparado, no haber sido prolijo a la hora de irme.

Me carcomía el sentido de irresponsabilidad por lo inconcluso. No haber terminado ciertas cosas, no haber enfrentado otras, no haber comunicado otrasas, etc. Más que nada me aterrorizaba lo material. A donde irían mis cosas? Quién las tocaría? Quién las abriría? Quien me abriría? A donde iría yo?

Porqué nunca me senté a decidirlo y dejarlo claro?!


Y luego vino la parte más extraña del sueño, en la cual conocía a un grupo de sujetos jóvenes que parecían estar perfectamente al tanto de todo lo ocurrido y se comunicaban conmigo como si nada. Me invitaban a sus cuarteles, una especie de centro de investigación / área de descanso, donde me preguntaban cosas de mi vida y opinaban sobre otras como si siempre hubieran estado observando a traves de mis propios ojos.

Me mostraban registros, fotos, vídeos, de cosas que había hecho, vivido. Era muy intenso, sentía el alma arder, el cuerpo vibrar, pero lejos, porque ya no estaba en él. Y la sensación de nunca volver a estar en él. La sensación de sustracción, rapto, sofoco. El pánico miope del "nunca más".

Desperté, recordando todo con claridad. Sentía el pecho cansado. El momento ácido del vació mental. Solo el eco me habitaba.


Mientras me duchaba me di cuenta que sería uno de esos sueños que jamás olvidaría, como aquel en el cual masticaba mi celular, o el de estar una fiesta en la que Nico me ofrecía helado mientras me convidaba papas fritas, mi vieja dejándome mensajitos preguntando si había llevado abrigo, luego estar llevando al hombro a Bruce Banner por el microcentro en la madrugada de un domingo, que finalmente terminaba con Hulk haciendo estallar una nave espacial llena de Aliens.



No se si es que no sueño mucho, o que simplemente no suelo recordar mis sueños.

Sea cual fuere, el punto es que recuerdo muy pocos, y rara vez más que un simple fragmento de estos.

Algunos despierto recordándolos, pero se van borrando durante el día. Muy, muy pocos realmente quedan en mi mente.

La mayoría no tienen pies ni cabeza y se terminan evaporando por su propia falta de densidad.

Sin embargo, existe la rara ocasión en que sueño algo cuasi-congruente y lo recuerdo.

Y dentro de esas raras ocasiones, más inusual es aún cuando el sueño en si es digno de ser recordado, relatado o hasta documentado.


Eso.