Hoy fue a most crapful day, para ser honesto.
Me he venido sintiendo incrementósamente peor desde que me levanté, y no me refiero físicamente.
Sin embargo, siendo el tipo de cobarde que es presa fácil de las historias ficcionales, apenas pude apagar al mundo un ratito, me senté leer.
"Ah, pero que pelotudo culto él!" Succiónense un ano. Me puse a leer Yu Yu Hakusho, un manga que había empezado hace unos meses y finalmente lo estaba terminando este fin de semana.
Declaro que tengo una relación de amor/odio con los finales.
Me duele verlos venir, me jode sentirlos llegar, y me lastima aceptarlos, pero los prefiero.
Aquellas cosas que no tienen final solo pueden ser de dos tipos: Infinitas en su gracia (sea esta cual fuere), o decadentes en su innecesario estiramiento.
Del segundo caso podría citar ejemplos hasta el cansancio. La avalancha imparable de cultura yanqui a la que nos vemos tan expuestos tiene una horrible manía de casi no poder disociar obra de producto, siendo cifras las que determinan finales y no la idea en sí.
Todavía tengo que conocer un ejemplo del primer caso, pero me gusta creer en su existencia. Tengo la ilusión, si.
Se podría decir que odio cuando un final me sabe a prematuro, forzado, tramposo, berreta y/o barato.
Se podría decir que también odio cuando tengo la sensación de que existe una prolongación innecesaria, exagerada, burda y eventualmente abaratadora del valor de la obra (y cuando digo valor no hablo de dinero).
Pero estas reacciones mías son realmente superfluas en comparación con las que me causan los finales que realmente cuentan.
Los finales hechos y derechos, esos que son exactos, intencionales, y perfectos.... ah! Esos sí que duelen! Esos son los que más mierda me hacen. Los que más disfruto. Los que más me gustan.
Si ya estoy extrañando la obra apenas concluye (a veces antes siquiera de terminarla), el artista, escritor, o lo que fuere, se ganó una parte de mi corazón.
Y me encanta que suceda, si bien estoy, figurativamente, entregando por ahí pedazos de mi proverbial válvula vital.
Volviendo a Yu Yu Hakusho, acabo de terminar de leerlo, y me sucede lo que me sucede siempre que termino de leer una historia lo suficientemente longeva, ya sea un manga/comic/historieta, novela, cuento, lo que sea.
Cuando una historia termina me veo ahogado en un etéreo estado de vacío.
Pero no es un mal vacío! Es un vacío dulce, un vacío agradable.
Desesperante, por supuesto (como todo vacío), pero agradable.
Es terrible, sencillamente terrible, leer la ultima pagina y saber que: Listo! Ahí está. Todo termina ahí. No hay más. Es duro, es feo, hasta es trágico.
Pero es necesario. Es un mal(?) necesario para darle un cierre a toda obra, a toda vida.
Es hermoso en su propia inevitabilidad.
Es una pequeña muerte.
Es la muerte de cada uno de los personajes con los que me encariñé o detesté o bien vi mi opinión sobre ellos ir cambiando durante el transcurso de su historia.
En el final, todos mueren.
Ese maravilloso mundo imaginario en el que viví por horas, hasta días, muere.
No deja de existir. No, morir no es eso. Ese mundillo siempre va a estar palpitando en mi interior, vibrando y resonando conmigo mismo.
Lo voy a recordar, a veces con ternura, otras con tristeza.
Lo voy a extrañar, quizás revisitar, tal vez revalorar.
Digo que un final es una muerte no por que signifique la destrucción de algo que fue, de algo que es (lo cual es imposible), sino porque representa la negación de lo que podría seguir siendo, de lo que sería.
Porque si bien yo se que todo tiene que tener un final, hay una parte mía, la parte ilógica, inocente, incoherente y caótica, que desea que ciertas cosas nunca terminen.
Tal y como cuando muere un amigo, un familiar, un amor.
Ese amigo, ese familiar, ese amor, ese mundo y esos personajes no van a compartir más nada nuevo conmigo.
Y aunque me duela, a veces fucking mucho, me encanta que así sean.
Sobre Finales
lunes, 21 de septiembre de 2009
Crónicas de un pelotudo que no vive solo? - Capítulo 4
Hoy, de nuevo, se ausentó el plomero.
Llamó para avisar, diciendo que tenia gripe, quizás la Gripe A, y que esta en el hospital y no lo dejan salir.
...
No se que decir.
Supera mi imaginación, confieso, las cosas con las que puede saltar este sujeto.
Trataría de ser cómico o hacer algún chiste, pero no veo el punto, todo esto parece una gran broma de por si. Sería redundante.
Ojala tenga la mierda esa y se muera, bien muerto, hijo de puta.
Crónicas de un pelotudo que no vive solo? - Capítulo 3
jueves, 17 de septiembre de 2009
Causalidad de las reparaciones plomerísticas que se están llevando a cabo en mi guarida personal, véome forzado a replegar mis operativos estratégicamente y guarecerme en madrigueras adendas de emergencia.
Estoy viviendo la pesadilla de toda persona que vive se fue a vivir sola: Volver (a vivir con los viejos).
No es tan tétrico, por ahora.
Van pocos días igual, y solo estuve a punto de asesinarlos una vez sola.
Yo diría que voy bastante bien.
Ayer por la mañana me sucedió algo.
Con intención de no trastornar las costumbres mañaneras de mis padres, decidí despertarme más temprano y ducharme antes que ellos, para que no haya peleas por el agua y etc.
6.30 suena el despertador de mi celular, lo apago y me dirijo, en obvio estado somnoliento, al baño.
Ah! Que linda ducha me pegué! No hay mejor forma de comenzar una mañana.*
Totalmente refrescado y ya casi 100% despierto, me doy cuenta que no hay toallón en el baño.
En el transcurso de un segundo, rápidamente mi mente conecta todos los puntos mientras mi mano, en bullet time, se dirige lentamente hasta mi frente, donde impacta sonoramente, escena en la que solo se ausenta un “D’oh!” para ser robada.
Desde que me mudé, siempre dejo el toallón colgado en el baño luego de usarlo.
Me desacostumbré a buscar uno antes de ducharme.
Y aun si lo hubiera olvidado en otro lado, las posibilidades son muchas:
- En la puerta de mi baño tengo una bata/toalla que podría usar.
- Vivo solo, por lo cual puedo recorrer todo el depto en bolas hasta encontrar con que secarme.
- Ídem, y secarme con el aire.
- Etc.
La única toalla a mano era la de las manos, y la nueva es del tamaño de un pañuelo.
Considero mis opciones:
- Salir desnudo rápidamente y rezar porque haya algo toallil en mi ex-habitación, o secarme con los carilina que tengo en la mochila.
- Solicitar auxilio.
Hago un buen bolo con mi orgullo, y procedo a ingerirlo.
Hijo estúpido: “Mama!”
Madre tolerante: “Qué?” -por suerte ya se había levantado-.
H.e: “… me alcanzas una toalla” -con voz de grandulón pelotudo-.
M.t: *suspira*
M.t: “Ahí va.”
Haciendo honor al titulo: Que pelotudo!
En otras noticias:
El plomero dijo que iba a demorar una semana en completar el trabajo.
Comenzó ayer, y hoy ya se ausentó.
Dice que había hablado con mi madre y conmigo avisando que hoy no podía y que arregló para venir el lunes.
-Viernes y sábado habrían sido devorados por entropía. Domingo estalla en llanto. Semana devastada. Ampliaremos.-
Asumo que debe haberlo hecho con su teléfono interdimensional, ya que en ningún momento se comunicó con nuestras encarnaciones de esta realidad.
Considero que, o bien el sujeto es mentiroso, delira y/o tiene conversaciones imaginarias, o bien nuestros alters del otro plano son unos desconsiderados y no se gastaron en pasarnos el mensaje. Mal ahí, otra dimensión. Fea la actitud.
A todo esto, ayer cuando pasé a ver en que estado de destrucción se encuentra mi vivienda, noté que habían roto en la cocina, el lavadero, el baño chico y el baño grande, y extirpado todos los caños correspondientes al agua caliente.
Ok, yo no soy plomero, pero: Si los caños del agua caliente pierden porque están podridos porque tienen muchos años… y los del agua fría son del mismo material e igual de viejos, porque son exactamente iguales… no es cuestión de tiempo hasta que pase lo mismo con los del agua fría? No convendría cambiarlos todos y ya?
Si alguien puede explicarme, le ruego me ilumine. Me niego a creer que esta raza es tan estúpida. No lo puedo aceptar. No.
*se cruza de brazos*
Ahora que hago cuentas: Si este primate trabaja un día de cada cinco (miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, lunes), y va a demorar un semana de trabajo, significa eso que voy a tener que convivir con mi familia un mes entero?
No quiero sonar trágico pero, estamos hablando de vidas en riesgo!
Plural!
Podría alguien por favor pensar en los niños!
Agradezco públicamente a CG por colaborar en reducir mis ansias homicidas invitándome a una fructífera jornada de violento boxeo, carreras con choques explosivos, y genocidio de zombies y alimañas símiles.
Gracias.
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* Si, la hay, pero no de a uno ;)
WTF?!
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Resulta que, en mi estricto sentido del estilo, decidí suprimir la barra superior en mi blog (Navbar), lo cual genera que cuando entro a este no tengo forma de editar nada sin primero mandarme a la pagina principal de Blogspot e ingresar con mi cuenta.
Es un pasito más, todo sea porque se vea lindo.
El tema es que soy tan pelotudo que cuando intenté ingresar para crear la entrada anterior tipee cualquier paparruchada* en la dirección y puse "wwww.blogspot.com" y termine en esta pagina con esta cara O_O
Si bien de movida no entendí un sototo*, leí (por alguna razón) las partes que estan en ingles, y debo decir que, como minimo, resulto ser interesante.
El flaco es un cyberjunkie, por lo visto, dado que tiene todo espacio personal web conocido por el hombre y por el bot.
No visité todos, pero destaco su perfil de deviantArt, en el cual encontré imágenes, again, interesantes.
(?)
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* Sumo dos nuevas a mi listado de Words That Be Awesome
The Female Factor # 2
Hace un tiempo conocí a una chica. Era, a falta de una mejor palabra, perfecta.
Quiero que quede bien claro, de entrada, que cuando digo perfecta, lo hago en el modo más subjetivo de la palabra.
Era perfecta para mí.
Era todo lo que yo quería que una mujer fuese, y no era nada de lo que yo quería que una mujer no fuese.
Incluso era cosas que yo no sabía que quería hasta que las descubrí en ella.
Mi ropa le quedaba mejor a ella.
Era inmensamente más inteligente que yo*, lo cual adoraba.
Sus labios tenían la sonrisa más hermosa, contagiosa y peligrosa que pude haberme cruzado.
Sus ojos lloraban de la forma exacta que a mi me gusta.
Era morocha -obvio- de largo y lacio cabello, precioso.
Tenía una voz chillona e irritante, tal como me fascinan.
Olía siempre bien. Olía a libertad, aventura, y belleza. Si, son aromas, y a veces, olía a todos ellos juntos.
Todo en ella era perfecto. Como se movía, como bailaba, como cantaba, como mordía, como besaba, como cogía, como discutía, como peleaba, como arañaba, como reía, como dormía, como miraba. Todo.
Llamémosla X.
Por supuesto todo con X terminó, pero no es el punto.
El punto es que, inmediatamente sucediéndola, apareció otra chica, nombrémosla Z.
Z no era ni hacía nada, o casi nada, de lo que X.
Pero.
Pero Z hizo algo.
La noche de casi-verano no había sido todo lo piadosa que podía ser.
Fue cruel, e innecesariamente antipática.
Quizás fue eso, la humedad, el calor, algo en el clima, un status negativo del ambiente, lo que causo que aquella noche nuestra química no haya producido la chispa adecuada.
Yo estaba… inconforme.
No hay peor sensación que la de salir con una chica sin ningún objetivo (salir por salir, digamos) y terminar sintiéndote lo perfectamente opuesto a realizado. Bueno, si hay, por supuesto, peores sensaciones, pero para el propósito de este relato hagamos como que no.
Gracias.
Ella era silencio, de esos que aturden y distorsionan.
La 9 de Julio nos abrigaba con la violenta y seca frialdad de sus luces nocturnas. La observé.
Estaba sentada algo de costado, descalza, y con los pies sobre el asiento.
Solía sentarse de esa forma u otras similares, sin importar donde estuviese.
Me encantaba eso de ella.
Me miró.
No dijimos nada. Vacío.
Seguí conduciendo, callado.
Mi interior era el colmo del bullicio. Mi interior era explosiones, tormenta y caos. Mi interior era una manifestación popular, un cacerolazo. Mi interior era Woodstock.
Mi interior era un quilombo.
Seguí manejando, sin decir nada.
Mi mano izquierda en el volante, mi mano derecha sobre la palanca de cambios.
Fue entonces, fue en ese momento en el que sucedió.
Su mano. Ella posó su mano sobre la mía. Suavemente, cariñosamente.
Mi interior se quedó mudo.
Fue un gesto tan hermoso que hoy en día me sigue emocionando recordarlo.
Me tomo tan por sorpresa que es difícil de describir.
No me atrevía a mirarla, seguía observando hacía adelante, pero no veía absolutamente nada.
Fue imposible no sonreír.
Ella había encontrado la chispa, conseguido la ignición. Ella triunfó sobre la noche cruel.
Y fue entonces cuando descubrí algo nuevo que quería en una mujer. Ese gesto, ese simple e incoherente gesto.
Fue entonces cuando me di cuenta que X, por más perfecta que haya sido en su momento, había dejado de serlo, para siempre.
En el transcurso de un segundo me vi ahogado por pensamientos conflictivos nacientes.
Trataré de resumirlos todos en uno, al menos para redondear lo que más me impacto: Cómo es posible? Cómo es posible que yo podría haber vivido toda la vida con X, creyéndome feliz, sin saber que me estaba perdiendo de esto?!
Z hizo algo nuevo.
Algo que me cambió la vida, que me desdibujó el mundo como lo conocía, me ofreció otra cosa, me mostró la parte de atrás del pizarrón**. Con algo sumamente simple, sencillo, y sin siquiera saberlo, alteró, de por vida, mi vida. La vida.
Alteró mi ser.
En mi vida, hay un antes y un después a esa noche, a ese gesto, a esa manito sobre la mía en la palanca de cambios.
Y si me preguntan, lo negaré a muerte, y desmentiré, y diré que este texto es ficcional, pero desde esa noche, cada vez que manejo y una chica me acompaña, secretamente estoy atento a ver si se repite el fenómeno.
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* Lo cual uno creería que no es difícil, pero considerando las demás criaturas chicas con las que he estado, se sorprenderían de lo mucho muy extraordinaria que era esta característica.
** Alguna vez siquiera se pusieron a pensar como es la parte de atrás de un pizarrón?
Crónicas de un pelotudo que vive solo - Capítulo 2
jueves, 10 de septiembre de 2009
La semana pasada el lavamanos de mi baño comenzó a gotear, dado que la canilla del agua caliente no cerraba del todo, por más fuerza Hulkólica que uno aplicase.
Siendo yo un ser eco-friendly/consciente (pfffffff) corté el agua a todo el depto, solo abriendo cuando necesitaba usarla y cerrando de inmediato al terminar.
De las huestes de plomeros que han visitado mi hogar en numerosas ocasiones, no hay uno que haya ganado mi confianza. Por lo cual vino uno nuevo.
Dijo que había que cambiar el cuerito.
Cuerito.
Faaaaaaaaaaaa!
Alto termino, no?
Cuán seriamente se puede tomar a un profesional que usa la palabra cuerito en su jerga laboral diaria?
Imaginemos la siguiente situación:
Paciente: "Dígame entonces doctor, que opciones tengo?"
Cirujano: "Solo una: Esperar un donante, y de encontrarlo, someterse de inmediato a cirugía de cambio de chirimbolo."
Paciente: "... y tendría efectos secundarios?"
Cirujano: "No definitivos, pero en el post-operatorio puede sufrir intensos dolores en sus cositos."
¬¬
Cuerito.
Mentime y decime "válvula" al menos, o "distribuidor", no se. Date cuenta que gasistas y mecánicos tienen términos más pro.
Gasistas y mecánicos.
Si, hombres que dedican su vida a trabajar con el gas (WTF?!), y sujetos que viven sucios, engrasados de pies a cabeza, y sufren de una horrible condición que les imposibilita notar cuando sus prendas no los cubren tanto como deberían.
En fin, educadamente le comenté que le cambiamos el cuerito tres veces en lo que va del año, y que no puede ser.
Recién entonces ofreció algo nuevo (coro de ángeles y brillante luz duchándolo desde el cielo): Cambiar el vástago.
Ves? Vástago. Suena posta, esa si te la creo. Acabas de imponerte sobre todos tus demás colegas, felicitaciones (en la tierra del fulbo, el que escribe diez con Z es campion).
Ok. Ahora hacelo.
Por supuesto, en idioma plomero, "ahora" es igual a "la semana que viene".
Este lunes lo hizo. Genial. La canilla no pierde más. Fantástico.
Listo.
The End.
Se fiNOT SO FAST
Obvio! Pero obvio que esta historia no termina acá. Nonono.
Pocos minutos pasan desde que "disfruto" usar el baño, lavarme las manos, etc. sin tener que estar dando agua y cortando cada vez (as Dio intended, you know...), hasta que me llama la vieja que vive abajo.
No necesitaba decirme nada, ya me lo imaginaba.
Si, ya se vieja. Ya se que te esta cayendo agua. No me sorprende en absoluto, era totalmente de esperarse vieja, por supuesto.
Suerte que la vieja es copada y no se pone loca ni nada, sino ya hubiera tenido que silenciarla de alguna forma u otra. Vieja copada rules.
Volvemos a la cantinela (que palabra de viejo de MIERDA! Argh!) de cortar el agua luego de cada puta vez que la uso.
La puta madre.
Me llaman del consorcio, ofrecen mandar su plomero de confianza, acepto gustoso.
Recién hoy vino el tipo y descubrió que no-se-cuales caños del baño estaban todos podridos y perdiendo y bla bla bla.
Tiene que romper la pared y el piso (y mis pelotas), lo cual le va a llevar tiempo, y, como no podía ser de otra forma, recién el miércoles que viene puede empezar. Empezar!
De más esta decir que en el interin no puedo usar el agua caliente en mi baño, pero ojo, la fría si.
Useful!
Fuck.
Igual, para ser justos, yo me lo busqué. Realmente, después de lo que dije en el capítulo anterior (léase con voz de narrador doblada de los super-amigos) era fija que algo tenia que pasar.
Pero la verdad es que estoy decepcionado. Otra vez con el agua? Come on! Dónde esta la originalidad?
Más les vale encontrar algún cadáver en las paredes, o merca, o no se, algo interesante! Re daría que los problemas evolucionen de una vez por todas y pasen a otro plano/escala, que se yo, jurídico, político, porque no algo de espionaje?
Mientras no sigan siendo de fucking plomería.
No, no pienso dejar de plantarme solo porque siguen meándome con problemas así.
Soy terco, testarudo, y me chupa un huevo, asíque ahí va de nuevo: "ALGO MÁS?!"
Y me sigo cagando de la risa mientras mi vivienda se viene abajo: Jajajajajalaputamadrequeloremilpariohijodemilputajajajajaja!
Kite Liberator
lunes, 7 de septiembre de 2009
Hay días, momentos, ocasiones, en las que veo el mundo, mi mundo, en hilos.
Cada tarea, cada proyecto, cada hallazgo, cada compromiso, cada intención, cada relación, cada interés; es un hilo que sostengo en mi mano.
Unos de ellos son simples cordeles que me umbilican a barriletes, atan a cometas. Montgolfieres por opción.
Algunos toman la forma de cadenas, y en vez de tenerlos en mi puño, solos se ajustan a mis muñecas, firmes a mis tobillos, o con algo de suerte, ahorcan a mi cuello. Opresiones exteriores.
Otros son inmateriales, intangibles, pero como deliciosos aromas, irresistibles e inignorables. Sumisión interna.
Me conectan, cada uno, a algo/s, a alguien/es, y cada conexión refiere una densidad, un peso, una intensidad diferente.
Tengo globos de helio cuya presencia a veces olvido.
Pertenezco a anclas que jamás podré velarle a mi mente.
Sin embargo, en el universo sin reglas que es mi interior, puede suceder que el último tire menos que el primero. Puede suceder. Todo puede suceder. Todo ha sucedido, y por ende todo lo demás queda por suceder.
Hay muchos de estos que sencillamente me definen, sino todos.
Muchos pocos que amo más que... bueno, algo que ame mucho pero mucho.
Demasiados muchos hay cuya trascendencia elude a mi comprensión.
Del doble del doble no llego siquiera a discernir sus formas, trazar sus separaciones (si es que las tienen), ni hablar entonces de dilucidar sus respectivas relevancias (de corresponderles acaso).
Y esos muy pocos muy que por más que roa y roa sus ligamentos con mis dientes de rata del horóscopo chino, parecen imposibles de amputar.
La sola idea de contar estos hilos sería la creación de una nueva hilacha, eterna y fútil.
En oportunidades me siento dominado por estos, como si cada uno tirase para su lado, y yo, sin punto de apoyo para resistirme, estuviese siendo tensado en mil direcciones al mismo tiempo. Descuartizado a la Tupac Amaru, en esencia, en aura, en alma.
A veces sucede lo contrario, y me contemplo en completo control de cada uno de estos fatídicos cabellos, como un maestro marionetista, batuteando al mundo para que baile a mi ritmo.
Pero hay ocasiones, momentos, días, en los que siento ganas de simplemente soltarlos a todos.
Liberarlos.
Liberarme.
Sacarme por completo de contexto.
Remover todo eco, reflejo.
Alienarme en absoluto de pasado, presente y futuro.
No para redefinirme, sino para no definirme.
視力 未來
miércoles, 2 de septiembre de 2009
[Official English Translation: "Mighty Glimpse Of The Future! Warriors Gather! Ultimate Battle for the Destiny of the Universe! Final Victory in Flames Begins!"]
Estoy en la oficina, y para el almuerzo me pedí un Chaw-Fan con pollo al delivery de comida china del barrio.
Me atendió el chino, en su hermoso e increíble acento tan, TAN chino. Como siempre atiende el mismo chabon ya se como hacerme entender y que va a preguntar. Realicé mi pedido en menos de 10 segundos.
Al rato tocan el timbre, me avisan de abajo que es mi comida china y voy a recibirla.
El pibe del delivery era Ludwig Caucasicoff, un muchacho pálido, ojitos claros, rubiecito, de rasgos muy europeos. El acento indescifrable me hace pensar que es un inmigrante ilegal de Slovetzia, Checoslokcracia, o alguno de esos países bien post-apocalyptic steampunk que nadie se acuerda que están en Europa (pero no en la Unión Europea).
Mientras como arroz -de mentira- con pollo -que no es pollo- salteado -en sudor de rata- no puedo evitar preguntarme si esto no es acaso una señal, un atisbo lejano de la inevitable conquista del glorioso Oriente sobre el estéril y decadente Occidente. El blanco trabajando para el amalillo.
Conclusión:
Este humilde guailo solo les puede decir una cosa, mis futuros honorables amos de la tierra de los pandas sin libido: Wo Ai Ni, motherfuckers. Wo Ai Ni !